Este monumento cuadrado mide 25 metros por lado y cuatro de alto, con
escalinatas en cada una de sus caras. Situado como a 100 metros al norte
del Castillo, fue llamado así por las estrellas grabadas en las
esquinas, interpretadas como el luminoso planeta Venus. La estructura
está formada por un talud y una sección vertical con paneles salientes y
espacios hundidos intercalados.
Una cornisa remata el conjunto. Sobre los paneles salientes están los
bajorrelieves mencionados, que muestran al planeta Venus representado
por medias flores con aspas en los pétalos, rodeados por la figura de
estera trenzada, o pop, en maya, símbolo del poder. También está
presente Kukulcán surgiendo de entre las fauces de una serpiente
emplumada con garras de jaguar. Los bajorrelieves de piedra aún
conservan restos de pintura roja, azul y amarilla que ornamentaba los
contornos de la representación del "lucero de la mañana" o
"estrella-abeja", una de las manifestaciones de Kukulcán-Quetzalcóatl
más admirada por los hombres prehispánicos. La misma figura remata las
balaustradas de las escalinatas en los tableros de la cornisa, que
ostentan a las serpientes emplumadas, en movimiento, con peces entre sus
ondulaciones.
El Gran Juego de Pelota es el campo de pelota más
grande de la antigua Mesoamérica y se encuentra en Chichén Itzá. Mide
166 x 68 metros y tiene 12 metros de altura con aros de piedra para el
juego e intrincados tallados de serpientes entrelazadas en las paredes.
El juego se efectuaba con una pelota elástica fabricada de hule o
caucho proveniente de los árboles de la zona costera del Golfo de
México, región donde floreció la civilización olmeca. Participaban dos equipos de jugadores quienes tenían como objetivo
pasar la pelota por los aros o “marcadores” de piedra incrustados
verticalmente en las paredes. La pelota sólo podía ser tocada o golpeada con la cadera, muslos y
antebrazos, nunca con las manos, pues al ser la representación del astro
rey en movimiento, se convertía en un elemento sagrado que no debía
transgredirse. En el contexto ritual estaba presente la dualidad entre el día y la
noche. Al llevar a cabo el juego se entablaba una lucha cósmica donde el
sol buscaba renacer sobreponiéndose a la oscuridad. También tenía que
ver con los ciclos de la fertilidad y la abundancia. Los jugadores debían llevar a cabo un proceso de purificación previo
al encuentro. Esto se realizaba en un temazcal o baño de vapor donde un
guía o sacerdote preparaba física y espiritualmente a los participantes
del juego. Al ser un acontecimiento relevante para la vida religiosa de las
culturas mesoamericanas, el juego de pelota sólo era presenciado por la
clase gobernante. El equipo ganador de la contienda recibía como premio la muerte por
decapitación, hecho que lejos de ser visto como un destino fatídico, era
concebido como un honor por los propios jugadores, ya que al ser
sacrificados creían que ascenderían al plano de los dioses para
transformarse en uno de ellos.
El Templo de los Guerreros es una gran pirámide
escalonada con una fila de columnas talladas al frente que representan a
los ancestrales guerreros. En la parte superior de la pirámide,
protegiendo la entrada del templo, se encuentra un Chaac Mool.
El Cenote Sagrado es el más impresionante de los
cenotes situados en esta zona; sus medidas son asombrosas: 60 metros de
diámetro con acantilados escarpados que descienden 27 metros hasta el
agua. El Cenote Sagrado era utilizado por los mayas para realizar
sacrificios a Chaac, el dios de la lluvia, durante las épocas de sequía.
Arqueólogos han encontrado en el fondo del cenote muchos objetos de
oro, jade y obsidiana, así como esqueletos.
El
equinoccio, fenómeno arqueoastrónimo,
es el momento en que la tierra es iluminada por el sol de
igual forma en el hemisferio norte y en el sur. Al
atardecer de los días 21 de marzo y
22 de septiembre, días del inicio de los equinoccios de
primavera y otoño respectivamente, se observa en la escalera norte
del Castillo de Chichén Itzá, una proyección solar serpentina,
consistente en siete triángulos de luz, invertidos, como resultado
de la sombra que proyectan las nueve plataformas de ese edificio, al
ponerse el sol.
El sitio arqueológico de Chichén Itzá es el mejor
conservado e impresionante de la antigua civilización Maya. Los
habitantes construyeron varios edificios durante los periodos Preclásico
y clásico los cuales son superiores a edificios similares de otros
lugares. La gran ciudad maya de Chichén Itzá, tuvo sus años de auge
hacia fines del periodo Clásico y principios del Posclásico (800-1100 d.
C.). Fue el centro político, religioso y militar maya más importante
del norte de Yucatán.
Se ubica en una amplia llanura a la mitad del camino entre Mérida y
Cancún al norte de la península de Yucatán, en el municipio de Tinúm; es
una de las zonas arqueológicas más grande y rica en monumentos de la
República Mexicana. Desde 1988 es Patrimonio de la Humanidad y hoy se
levanta orgullosa por ser designada como una de las Siete Maravillas del
Mundo Moderno.
El Templo de Kukulkán, principal estructura de Chichén Itzá demuestra los profundos conocimientos de matemáticas, geometría, acústica y astronomía que los mayas poseían. Al ser una sociedad inicialmente agrícola, los mayas observaron con detenimiento el comportamiento de las estaciones, las variaciones de las trayectorias del Sol y las estrellas, y combinando sus conocimientos, lograron registrarlos en la construcción del templo dedicado a su dios Kukulkán